En este escrito procuro dejar reflejado las sensaciones que Hebe, esa maravillosa persona, dejó impregnado en mi ser a partir del ejercicio de la memoria y algunas reflexiones.

Antes de compartir mis experiencias con Hebe,  me parece apropiado destacar algunos datos político biográficos. Hebe de Bonafini, fue una mujer común que sufrió la pérdida de dos de sus tres hijos a través del secuestro y posterior desaparición producidos por la más cruel de las dictaduras padecida por nuestra  Patria. Circunstancia gravísima, que devastaría a cualquier persona; difícil de imaginar y comprender el dolor provocado, pero que en el caso  de Hebe, la volvió en lo que se convirtió, un ícono y emblema de luchas populares que trascendió nuestras fronteras .

Recordemos que en el año 1977, época teñida de dolor, sangre y fuego, nacen las Madres para denunciar y reclamar justicia por sus hijxs, destacándose entre ellas nuestra querida Hebe, a quien le debemos nuestro más sublime y eterno tributo, porque entre otras cosas, nos rescató de esa aciaga y tenebrosa noche instaurada por  el Terrorismo de Estado y su perverso y sistemático plan de violación a los DDHH, caracterizado por un fuerte endeudamiento, represión, censura y 30000 desaparecidos . También es justo reconocer la heroica resistencia llevada a cabo por muchxs militantes, personalidades y organismos de diferentes ámbitos. Muchos de los cuales, forman parte de los  desaparecidos que aún esperan justicia. En definitiva depende de nosotros como país y como pueblo, asumir la memoria como  un proceso de liberación y construcción de un futuro común. Esa fue la Hebe de los  organismos, la primera Hebe que conocí en mis épocas de estudiante en los 80 durante las marchas en contra del punto final, la obediencia debida y el posterior indulto. Ya en ese entonces me conmovió y generó en mí, un discernimiento histórico y político que se fue incrementando con el  ejercicio cívico y docente.

Obispo de los pobres. 2014

Otra experiencia significativa que viví por Hebe y junto a ella, fue con motivo de compartir el homenaje a Monseñor Alberto Devoto en el Congreso Nacional,  junto a destacadas personalidades políticas,  religiosas y culturales. Este acontecimiento se produjo en agosto del 2014 al conmemorarse los treinta años de fallecimiento del considerado “Obispo de los pobres “.

Al solo efecto de contextualizar mi  presencia en ese lugar, señalo que tuve esa oportunidad porque entre otras cosas, compartía con unos profesores compañeros y amigos, un grupo  de estudios y acción política denominado “Comunidad y Organización “ inspirados en la “Comunidad Organizada, que tuvo vínculos  con algunos de los organizadores.

En aquella oportunidad , la entonces presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, se hizo presente en el homenaje y recordó al religioso según crónicas del evento de la  siguiente manera: «Devoto fue uno de los pocos obispos que nos contestaban las cartas cuando buscábamos a nuestros hijos. Me parece importantísimo que se sepa quién es, y cuál era su mensaje pastoral. Sobre todo cuando hay una provincia como Corrientes que es tan conservadora, por ello este acto es muy importante».

Otro fuerte testimonio sobre el homenajeado estuvo a cargo del Padre Bresci: «Fue Devoto el que hizo que se comenzara a conformar el movimiento de sacerdotes para el tercer mundo ( MSTM)  en la Argentina. Ir a Goya, significó para él un proceso cultural muy fuerte. Y se hizo cargo de todas la problemáticas que sufría la gente, junto a otros 18 obispos, retomaron el impulso sano y fantástico del Concilio Vaticano II y lo adaptaron a esta realidad que era el tercer mundo».

En ésta ocasión pude conocer, apreciar y admirar la dimensión espiritual y religiosa de Hebe que con mucha sabiduría pudo separar a  la institución que criticaba justamente de la persona  homenajeada. Recordemos que más contemporáneamente, reconoció su “reconciliación” religiosa a partir de la asunción de Francisco como Papa.

2000 Jueves. 2016

Por último y con motivo de cumplirse los 2000 jueves de rondas a la pirámide de Plaza  de Mayo, con el ánimo y el espíritu de siempre,  marchamos junto a miles de personas  para seguir manteniendo latente  la memoria de las victimas de los delitos de lesa humanidad y para  reclamar justicia.

En ese especial jueves de agosto  del 2016, pude participar y experimentar la hermosa e indescriptible emoción de la confraternidad con mis compañerxs en particular, pero también con el diverso colectivo manifestante. Sensación que se incrementa en especial cuando surgen las siluetas de las madres y la de  Hebe por avenida de Mayo ingresando a la plaza.

Las mismas sensaciones y emociones me embargaban todos los 24 de marzo, cuando irrumpe  la  inmensa bandera con los rostros de lxs  miles de desaparecidxs junto al vehículo que transporta a las Madres y a Hebe, quienes emanan un amor fraterno sobre todxs nosotrxs  pocas veces experimentado.

La  memoria es siempre producto de procesos colectivos, compartida, transmitida y construida por y  con el grupo o la sociedad, con recuerdos y acontecimientos que atesora y destaca . Concomitantemente con ello, hablar de Hebe es, entre otras cuestiones, hacer memoria y “rescatar” hechos históricos y significativos para nuestro pueblo y de esa forma afrontar los negacionismos cómplices con la impunidad.

La memoria es una construcción socio-política, construida a pesar  de las propias exclusiones, conscientes e inconscientes, como así  también por las provocaciones y violencias que se ejercen desde el poder en sentido amplio. De acuerdo a esas circunstancias, se torna en un imperativo pedagógico su activación a los fines de procurar  un futuro mejor, inclusivo, solidario y más democrático. Como lo sosteníamos en párrafos anteriores , pensar, hablar  y escribir a partir de Hebe nos genera todo ello.

Algo que quizás nos ayude a comprender y dimensionar su actual figura, lo constituye el nombre Hebe. De acuerdo a distintas fuentes sobre mitología griega y romana , el mismo, es portador  de  una divinidad como  hija de Zeus, además de personificar la juventud .

Hermosos recuerdos y evocaciones, me quedo con ellos, hasta siempre querida Hebe.

Por Marcelo E Albornoz

Docente y militante político y gremial

Fotografía: M.A.F.I.A.

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