Por ANALÍA DELGADO. Aprender a no tener miedo de los opresores lo aprendemos en la escuela pública, en donde la vulnerabilidad está a la orden del día y los que te dan un primer abrazo son los docentes. Que pareciera que además de educar, enseñar, tienen un don que es dar valentía y seguridad, pero en vez de usar varitas mágicas usan tizas. Y lo primero que nos enseñan es que nuestro nombre es un sustantivo propio, pero no de propiedad, sino de pertenencia.
Analía Delgado
Infectadas
Por ANALÍA DELGADO " Yo estoy bien, debería decir, pero no, cada vez que pasa esto se me vienen los recuerdos y revivo cada uno de esos momentos y esas noches y todos esos días, que se sienten interminables (...)"