Hebe es mucho, es todo. Y porque se forja (y nos forja) en lo común. En una política de lo común. Su

legado es político, claro,  pero de una política que inunda (y debe inundar) la experiencia cotidiana. 
Desde una maternidad socializada y politizada, a abrir la cocina para ese acto “común”, por habitual, por constructor de lazo comunal. Maternar y cocinar juntxs. Maternar es cocinar juntxs una experiencia vital de cuidado y defensa férrea de lo común, lo propio a la comunidad. 
Desde esa cotidianeidad politizada, desde esa politicidad cotidiana, en todo tema, todo el tiempo, en todo lugar, los encuentros, vivencias, con ella, con ellas, toma un valor fundamento. Desde donde no solo recordarla, sino desde donde repensar, reconfigurar las formas de lo político.
Desde allí, estos textos, este grupo de textos propuestos, que serán más, que ya han des-bordado en una próxima segunda entrega.

Fotos: MAFIA


Esa Voz Por Fabiana di Luca.

«Una vida en la que se desdibujan los contornos de lo privado, de lo íntimo, para devenir pura grupalidad. Una forma de la política que no conoce disociaciones entre lo público y lo privado, entre lo propio y lo común, entre lo doméstico y lo profesional. La política asume el sentido de la vida, porque es la vida misma. Se escribe para cambiar el mundo, se cocina con otros para cambiar el mundo, se lee y se dibuja para cambiar el mundo, se discute para cambiar el mundo. Se marcha para cambiar el mundo.»

Tripa y corazón Por Sebastián Russo

«Y qué decir cuando me enteré que Hebe era del Lobo. Hebe y Cristina, triperas. Siempre lo sentí como un afano tenerlas a ellas alentando, jugando para un nosotros extendido. El pueblo todo, tripas (y) corazón. Y cómo no serían lobas ellas. De gola y audacia maradoniana, batalladoras férreas y fierras, indómitas, afirmándose en las derrotas que siempre entienden (porque son) parciales, circunstanciales»

Hebe y yo Por Daniel Krupa

«Vayamos a Hebe. A ella y yo, aunque sólo pude abrazarla, tímidamente, dos veces. Dos ocasiones en las que, estoy seguro, no estuve a la altura de las circunstancias. Si no me acuerdo de los detalles, es que debo haber estado monosilábico, torpe, más de lo habitual.»

La poética de la incorreción Por Ricardo Esquivel

«A Hebe la conocí en los 90s, en los 90s de la maldita policía, de la masacre de Wilde, de Miguel Bru, los 90s donde hacia un fanzine, tenía una banda punk, y me iba a todos los recitales que podía.»

Hebe Por Marcelo E. Albornoz.

«Esa fue la Hebe de los  organismos, la que conocí en mis épocas de estudiante en los 80 durante las marchas en contra del punto final, la obediencia debida y el posterior indulto. Ya en ese entonces me conmovió y generó en mí, un discernimiento histórico y político que se fue incrementando con el  ejercicio cívico y docente.»

Elogio de la intransigencia Por Lucas Saporosi.

«Fue ella, como conductora y militante, al frente de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, quien interpeló cada política de memoria de todos los gobiernos de la posdictadura. Efectivamente, había que mirarla a Hebe para comprender lo que había detrás o delante de esas políticas. Su lugar indeclinable tenía como punto de partida los cimientos de la reivindicación política de sus hijos/as, en ese plural tan colectivo como extensivo»

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